La mano esta vez vino cambiada, no se puede con
el croupier. La bola se empecina en caer siempre en cualquier casillero
menos en el del número apostado. Esta vez no hay Black Jack ni Ruleta
que nos salve, sólo de nosotros depende...
El rubio, alto y sobrio zaguero central se afirma
cada vez más en la zaga del Dynamo de Zagreb y hace que cada centavo
pagado por él al pequeño FC Osijek se cotice al doble. Llegó a uno de
los equipos grandes de Yugoslavia en la temporada ´88/89 y ya cosechó
dos Ligas y 15 partidos con su selección (luego de la Guerra de los
Balcanes jugaría dos más pero para Croacia). La carrera de Vlado Kasalo,
de él hablamos, va en continuo ascenso y esto se rearfirma luego de que
Franz Beckenbauer (quizás el mejor zaguero de la historia) recomendó su
contratación al FC Nuremberg de la Primera División Alemana quién pagó
1.2 millones de Marcos (casi 600 mil Euros). Al bajar en el aeropuerto
local todos coincidieron en la impresión que dejó: alto, pelo platinado
y largo hasta sus hombros, bi-campeón en su país y una rubia super-modelo
como prometida, sin dudas, un crack.
Llegó como estrella. Se fue estrellado
La afición no pudo disfrutar mucho de Kasalo en la
primer temporada pues una serie de lesiones sólo lo dejaron participar
en cinco partidos, aunque a favor hay que decir que debutó con un gol el
12-5-90 ante el Kaiserslautern. Los rumores acerca del fracaso de su
contratación ya se hacían escuchar. Comenzó la ´90/91 y el Nuremberg
buscaba aunque sea mejorar el 8º puesto de la temporada anterior. Kasalo
cumplió con las expectativas y el equipo subía en las posiciones hasta
que llegó la 21º fecha...
Es domingo 16 de marzo de 1991 y el encuentro ante
el Stuttgart esta muy parejo, gracias a la "muralla defensiva" del
Nuremberg su arquero Andreas Kopke suma 366 minutos con la valla
invicta. Sólo un infiltrado sería capaz de romper esa marca por que los
rivales ni siquiera rematan. La "ley de Murphi" que dice: "si algo
inesperado puede pasar, sin dudas pasará" se cumplió a rajatabla. El
centro desde la izquierda lanzado por el voluntarioso Kogl tenía destino
incierto pero termino dentro de la red. Kasalo innecesariamente, pues no
tenía ningún rival acechando, intento despejar hacia el tiro de esquina
ese balón y su defectuoso remate fue el 0-1 que definió la historia a
favor del Stuttgart. Apenas una semana después la visita a Karlsruhe,
para enfrentar al equipo homónimo, se presentaba como una revancha para
el pobre Vlado. La mano venía difícil el 1- 0 del local era duro de
remontar pero no imposible hasta que... Llegamos a los 15m ST y el tiro
de esquina lanzado por Harforth desde la derecha no encuentra la cabeza
de un compañero sino la de Kasalo pero igualmente logra su objetivo:
culminar dentro de la red para estampar el 2-0 definitivo.
Mucha Casualidad. Una Causalidad
Llego el lunes y a Kasalo no le permitieron
entrenar. Su racha nefasta había despertado, además del odio de los
fanáticos, la sospecha de la policía. Algunos datos que lo vinculaban
con asiduas visitas a los casinos y el testimonio de compañeros del
plantel que decían que Kasalo siempre jugaba a las cartas en los viajes
y que cada vez que llegaba a una ciudad se le hacia irresistible
participar de una mesa de póker hicieron el resto. Por eso Vlado Kasalo
debió presentarse en la comisaría para informarse de que le iniciarían
un proceso judicial por sospechas que lo relacionaban con la mafia de
las apuestas clandestinas. El club le rescindió el contrato y la
Federación Alemana le suspendió la ficha. En octubre de 1991 se llegó al
juicio oral y el fiscal Hans Kindermann logró que Kasalo reconozca su
adicción al juego y que en sus visitas a las casas de apuestas y casinos
había "perdido muchos miles y recuperado unos cuántos" pero no consiguió
su objetivo de demostrar que Kasalo había hecho esos goles en contra
para permitirle a sus acreedores recuperar mediante apuestas parte de lo
que debía. Así la condena fue de seis meses de suspensión y 7.500 Marcos
de multa. Luego del juicio Kasalo se fue de Alemania, su vida fue un
misterio. Algunos dijeron que viajó para participar activamente de la
Guerra de los Balcanes.
Lo cierto fue que al año siguiente el Mainz de
la 2º División lo contrató para intentar retornar a la Primera División
de la Bundesliga. Se marchó de Mainz luego de jugar 55 partidos y anotar
cuatro goles (a favor). La actualidad, dicen, lo encuentra en Zagreb a
cargo del negocio textil de la familia, ya recuperado de su adicción al
juego, sin fotos ni recuerdos de su paso por el fútbol y, por supuesto,
sin la super-modelo.
Pese a que todos se daban vuelta para mirar a su
prometida cada vez que esta pisaba un estadio, Kasalo tenía otra
debilidad. Tan explosiva como una rubia, pero mucho más mortal...