24 de septiembre de 2008, justo hace 25 años Goikoetxea quebraba a
Maradona.
La Crónica
Van cincuenta seis minutos del
encuentro que empatan en un gol, el Barcelona
y el Athletil Bilbao.
El 10 del conjunto local toma el balón en mitad del campo, lo
domina, hace una finta, avanza y… desde atrás se arroja como una
lanza el 4 vasco. Se escucha un “crack” que enmudece al Camp Nou.
“El carnicero de Bilbao” tuvo se debut de fuego.
El Crimen
Las letras catástrofe que ocupaban toda la
portada del periódico barcelonés El Mundo Deportivo estaban
acompañadas por la foto de un Diego Maradona en camilla y con su
tobillo izquierdo vendado. "El Crimen" al cual se hace referencia,
es la fracturada de tobillo sufrida por el jugador argentino a manos
(o a pies) de Andoni Goikoetxea, desde esa noche "el Carnicero de
Bilbao".
Curiosamente, Andoni Goikoetxea no fue,
excepto esa noche, un jugador violento. Es mas se podría decir que
fue uno de los jugadores mas queridos por la afición vasca. Surgido
de la cantera del club, Andoni debuto en La Liga el 7 de septiembre
de 1975 en una derrota del Atlhetic Bilbao 2-1 ante el Salamanca. Y
fue participe de la época de oro del Bilbao:
jugó 311 partidos, convirtió 35 goles y gano dos Ligas, una Copa del
Rey y una Supercopa española. Jugó en el club vasco hasta mediados
del ’87, cuando pasó al Atlético de Madrid donde se retiró en 1990,
luego de disputar solo 11 encuentros en tres temporadas.
La escena del crimen
El 24 de septiembre de 1983 se enfrentaban en
el Nou Camp, el Barcelona del "Flaco" Menotti y el Athletic Bilbao.
Andoni Goikoetxea (que había cumplido 28 años, el día anterior)
llegaba con ganas de vengar la lesión que, dos años atrás, le
provocó Brend Schuster y que lo alejó de las
canchas por un año.
Aquella noche Schuster volvió a pegarle
violentamente a Goikoetxea, y el réferi ni sancionó infracción.
Andoni se levantó con su sed de venganza aun más exacerbada y
decidió asumir un riesgo excesivo: ir en busca del balón sin
importar que se cruzara en su camino. Y fue así como divisó el
balón, luego al hombre y se lanzó como una flecha en su búsqueda…
Quizás la venganza lo encegueció y sus cálculos no fueron precisos,
la suela de su botín izquierdo impactó de lleno en el tobillo del 10
del Braça… El golpe fue tan violento que el "crack" resultante de
ese choque enmudeció a todo el estadio.
Para el árbitro Jiménez Madrid fue apenas
amonestación, para Andoni un error, para la prensa y para el pueblo
cule: un crimen.
El carnicero de Bilbao
Por la ventana de su casa de Las Arenas se
puede ver el cantábrico. Paso mucho tiempo ya, Goikoetxea es lo que
es y Maradona fue todo lo que quiso ser y más. En una de las
habitaciones de su casa, este ex jugador vasco guarda las casacas,
las medallas y las plaquetas que cosechó a lo largo de sus quince
años de carrera. Pero lo que más se destaca, lo que se roba la
escena, es esa caja de cristal en la que guarda, como si fuera una
reliquia, los botines que utilizo el 23 de septiembre de 1983.
Un hombre, un emblema de su club y de su
pueblo. Un jugador que se equivocó, que fracturó a un dios pagano
del planeta fútbol y fue crucificado. Hoy 25 años después, sigue
cargando esa cruz.