EL MIEDO SE VA ESFUMANDO
El Pirata @PirataEcdqemsd | 25 de Mayo de 2020 | ECDQEMSD Podcast
Escuchar este editorial en el podcast
Bienvenidos a las noticias internacionales y el evidente cansancio de lo que se prolonga más allá de una amenaza que nunca termina de llegar.
No se si será la percepción de la observación desde el espacio pero aparentemente el miedo empieza a esfumarse y con ello también comienza a esfumarse la paciencia de un encierro que a muchos ya se les hizo demasiado.
El pacto tácito que habíamos firmado entre sociedades, gobiernos y científicos epidemiólogos era más o menos así: hay un virus mortal, no sabemos casi nada de él, todos podemos morir, estamos ante una posibilidad cierta del fin de la humanidad como tal. Ya nada importa, solo sobrevivir.
Pasaron los días, un tercio del año quedó atrás, los mandatarios casi siempre desafinando, los datos y las estadísticas, los tapabocas y la cifras de desocupación, el drama de la económica y el colapso de los sistemas de salud de algunos de los países más desarrollados del mundo.
Pasaron los días y no nos moríamos. Pasaron los días y si bien el número de contagiados era impactante, no veíamos a personas desvanecerse en las calles ni veíamos amontonarse cadáveres en las esquinas como nos dijeron que iba a pasar.
Todo pasaba como por la puerta de atrás de los hospitales. Ahí colapsaban las morgues, ahí el personal de salud caía extenuado, ahí había trailers refrigerados (en el mejor de los casos) para mantener los cuerpos, ahí pasaban los camiones militares a llevarse lo que nadie quería tocar, ahí aparecía alguna que otra historia alarmante como las de las calles de Guayaquil o las terapias intensivas de Milán, como la de las muertes en Madrid o el colapso en la desolada Nueva York.
Los días, las semanas, los meses fueron pasando y la noticia de millones de muertos nunca llegó. Por ende, si bien nos seguía importando "no morir", esa urgencia empezaba a mezclarse con otras. Otras que ahí estaban inclusive antes de la pandemia.
Y ahí empiezan a generarse espacios para la disidencia, para la política enfrentada, para los asuntos que nos ocupaban antes de la posible exterminación de la humanidad. Ahí se empezaron a generar espacios para la reconfiguración de los negocios y empezar a ver quienes perdieron, quienes ganaron y quienes empataron en una pandemia que lejos está de finalizar pero que ya cansó. Una pandemia en un contexto donde no ha cambiado nada como para darla por superada, que ni siquiera ha llegado al peor momento en muchas zonas del planeta, pero que ya agotó a todos.
Por qué? Pues porque no nos morimos y si no nos morimos hay que pensar en como hacerle para vivir.
Noticias del mundo, ahora, que ya se nos pasó un poco el miedo a la extinción masiva de la humanidad.
La campaña presidencial estadounidense se despabila. Detroit anduvo mejor con el cheque solidario del gobierno que cuando no había pandemia. Estados Unidos aprovecha la primavera y se lanza a las playas, desde Maryland hasta Los Ángeles, desde Miami hasta las Carolinas. Los 6 pies de "Susan Distance" solo tienen vigencia en ciudades arrasadas como Nueva York.
España ya se pelea dentro de la propia coalición de gobierno y que las izquierdas con las más izquierdas y las derechas con las más derechas.
La administración Trump se horroriza con los números del presidente de su fan club, Jair Bolsonaro, y anuncia restricciones temporales de los viajes a Brasil.
Brasil ve atónito el video donde Bolsonaro encaprichado pedía la cabeza de todo aquel que tenga la osadía investigar a sus hijos.
Y mientras Argentina conmemoraba la Revolución de Mayo la política estallaba en la última conferencia de prensa donde el Presidente se enojaba, hacia su show de padre bueno preocupado por la salud de sus hijos y explicaba como la culpa de todo la tenía la oposición que gobernó esos aparentes cuatro años donde Argentina arruinó todo lo maravilloso, fantástico y glorioso que hizo el populismo kirchnerista durante doce años y el peronismo generoso durante los mil años que gobernó la zona más poblada del país.
La realidad es que Argentina hoy está como un depresivo sin medicar. No quiere levantarse de la cama porque no tiene motivación sabiendo que entre la economía, el desempleo y la mezquindad política, lo que le espera cuando se levante es peor que lo tiene que sufrir ahora donde todo está justificado por la pandemia, ya no tan global.
Y mientras los número van perdiendo valor porque cada quién los presenta a su manera, mientras la OMS trata de mantenernos alertas y Trump pide su cabeza, mientras China aprovecha toda la movida para caerle duro a Hong Kong y aumenta la represión al tiempo que vota leyes restrictivas en el contexto de la reunión anual partidaria, mientras Ecuador se movilizaba en Quito exigiendo mejoras económicas y preservación de puestos laborales, mientras Bolivia pagaba cifras elevadas por ventiladores y costaba el puesto de un ministro: la humanidad nos demuestra que tan asustada está con todo esto del Covid-19.
En plena pandemia global, en plena catástrofe humanitaria donde epidemiólogos, médicos especialistas, virólogos, doctores a cargo de los proyectos de vacunas contra el coronavirus y personalidades eminentes en el estudio de pandemias y transmisión de enfermedades, tenemos a la doctora más buscada, consultada, escuchada, y hoy por hoy, más popular del planeta: La Dra. Dominique Fradin Read.
Si la que hizo adelgazar a Adele.
Si, la cantante británica que perdió como 40 kilos y sorprendió a todos en redes sociales.
Así estamos de asustados. Así es el miedo que va lentamente aplacándose y ya queremos que empiece la Liga española, la italiana, la inglesa, la alemana que ya empezó, queremos que nos verifiquen al fin si se van a hacer o no los Juegos Olímpicos Tokio 2021 para ir sacando pasajes, queremos saber cuándo vuelven a rodar nuestras telenovelas y queremos saber cómo van a ser los próximos conciertos de las bandas que están en edad de población de riesgo.
En fin, los números de México son alarmantes a pesar de la aparente tranquilidad de AMLO, Brasil hoy es el centro de la pandemia, los barrios bajos ahora son los focos rojos, Argentina espera el pico de la ola, Perú preocupa, Chile también, Venezuela maneja otros números y Latinoamérica hoy es el centro de todo... lo malo.
Ese lugar en el mundo donde el miedo a la muerte es moderado, donde la pobreza es algo fomentado, sostenido y romantizado durante décadas y décadas, donde las preocupaciones por sobrevivir superan las de no enfermarse y donde los números alarmantes son la costumbre y la constante.
Lo único que vamos aprendiendo de todo esto es que los gobiernos nos van a cuidar. Nos van cuidar tanto que si tienen que matarnos para cuidarnos no van a tener ningún inconveniente en hacerlo.
Y así, entre los miedos y el espacio donde la política encuentra calor para alimentar el terror disfrazándose de humanismo exacerbado: nosotros les damos la bienvenida al kaos total!
MAS ARTÍCULOS
ACTUALIDAD
Tags del Artículo
Artículos Relacionados