A QUÉ HUELE DICIEMBRE
El Pirata @PirataEcdqemsd | 06 de Diciembre de 2021 | ECDQEMSD Podcast
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Bienvenidos a las noticias internacionales y al olor a diciembre.
Sí, diciembre tiene un olor que lo distingue de otros meses.
Cuando era niño diciembre olía a un determinado tipo de flores, a un determinado tipo de alimentos, y a pólvora.
Ya entrado el mes empezaban las detonaciones, las ráfagas, las explosiones a la hora de la siesta. El humo sobrevolaba la calle e impregnaba todo de ese olor a diciembre. Con el avance del amor a las mascotas y las campañas de concientización respecto a lo torturante que es eso para muchas personas, el olor a pólvora fue aminorando su presencia.
Incendios, perros huyendo por las calles, pájaros espantados volando sin destino, historias de niños al que les explotó el cohetón en la mano o cifras de quemados alarmantes fueron logrando remitir esa especie de simulacro de guerra que se asociaba a diciembre.
Así también en diciembre crecía la inventiva de las criaturas que inocentemente hacían sus primeros pasos en ingeniería acústica. -Si colocamos el cohete, y lo tapamos con una lata de pintura vacía el sonido se multiplicará notablemente. Y si colocamos un osito de felpa arriba... quizás hasta llegue a la luna. Quizá. Hay que probarlo.
Ahora diciembre no huele tanto a pólvora pero sigue oliendo a otras cosas.
A qué huele diciembre entonces?
Dependiendo el lugar que habites olerá diferente.
Huele a informe de gobierno, a nochebuena, a flores rojas, a guirnaldas, a luces que titilan y a decoración municipal. Huele a políticos planeando sus vacaciones y planeando cómo nos van a fregar el año próximo. Huele a Teletón y solidaridad negociable deducible de impuestos. Huele a iglesia revisando sucursales y a fervor milagroso. A postales y a familia, a comida y excesos. A soledad y desencanto. A planes que no siempre se concretan.
Huele a finales fútbol y a ofertas en cuotas a pagar hasta pascua.
Este diciembre huele a caravanas migrantes, a tensiones fronterizas, a Angela Merkel despidiéndose de la cancillería y diciendo que hay que vacunarse. La puerta de Brandemburgo, antorchas, soldados y más de tres lustros al mando.
Diciembre que huele a gira del Papa por Grecia y bendición a los refugiados en Lesbos.
Huele a marchas en muchas ciudades de Europa y en Australia contra el pasaporte sanitario y la vacunación obligatoria. Huele a dosis de refuerzo y variante ómicron, a regreso de la guerra fría por Ucrania y a la OTAN y Moscú cruzando amenazas.
Diciembre mexicano huele a mariachi, tequila y a Monreal, Ebrard y Sheinbaum mirando el 2024. Todos bien peinaditos para la foto y todos hipócritamente diciendo que lo importante no son los nombres si no la 4T.
Diciembre huele a inestabilidad, a aumentos, a pelea por los aguinaldos, a marchas y protestas. Huele a crisis social y fiestas patronales. Huelgas y piquetes, barricadas y cortes.
Huele a bailes y posadas, a encuentros y despedidas, a reuniones con los del trabajo, los del club, los de la escuela, los de aquí, los de allá, los que se quedan y los que se van.
Huele a melancolía incrementándose, a borracheras y sorpresas, a ritmos agitados y compras inútiles. A bailes y transpiración. Huele a recuerdos de otros diciembres y a balances esquivos y obligados.
Huele a un final de algo que en realidad no termina, que gira como una rueda y que nos marea.
En Brasil diciembre huele a lo que pasa antes de que llegue el carnaval y Bolsonaro es juzgado por su negacionismo sobre la pandemia a la vez que busca la reelección.
Argentina negocia con el FMI, como siempre anda negociando todo cada diciembre.
En Colombia diciembre también huele a café y ahora a los secretos del procesos de paz con las FARC. Huele a archivo documental abierto de lo que Colombia cerró sin cicatrizar.
Diciembre huele a azufre en Canarias, porque en La Palma siguen las erupciones. Igual que ahora huele la isla de Java en Indonesia.
Y así diciembre huele al último y a la vuelta a empezar. Huele a "qué rápido pasó el año" y a "cuánto qué pasó". Huele a nieve y a decorados sintéticos. A leños en la chimenea y a calor sofocante. Huele a centros comerciales y a Santa Claus, a sahumerios y a Jesús. A papel de regalo y a moños rojos. A pesebre y animales de corral.
Y en algunos lugares del mundo, en muchos lugares del mundo, lamentablemente, diciembre, y no solo diciembre: huele a pólvora.
Damas y caballeros: bienvenidos al kaos total!!!!!!
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