ESE 11 S
El Pirata @PirataEcdqemsd | 13 de agosto de 2021 | ECDQEMSD Podcast
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Bienvenidos a las noticias internacionales y al recuerdo de aquel día en que el mundo cambió en una mañana.
Tan fuerte como la escena de aviones de pasajeros impactando contra los símbolos del poderío occidental, es imaginar la escena de una madre con un bebé en sus brazos viendo aquellas imágenes y caer en la cuenta de que hoy ese bebé, recién nacido, es una persona de veinte años.
Una persona que no recuerda lo estremecedor que fue ver al segundo avión entrar a la torre.
Quienes presenciamos el momento, con cierta consciencia, más lejos o más cerca del punto de impacto, sabíamos que luego de eso el mundo iba a ser diferente.
Es muy impactante imaginar que ya pasaron 20 años del atentado que golpeó el corazón de Estados Unidos, conmovió a occidente y cambió al mundo para siempre.
Y lo cambió porque desde entonces todos los aeropuertos se volvieron peligrosos. Todos los extraños se volvieron sospechosos. Todas las amenazas se volvieron generales y toda la locura empezó a marcar los caminos.
Ninguna medida de vigilancia comenzó a sonar exagerada. Ninguna vulnerabilidad comenzó a ser natural y nada de todo aquello que parecía imposible nos daba certeza de que lo fuera.
Pero supongo que así sonó el asesinato del Archiduque en Sarajevo, la entrada de Hitler a Paris, los bombardeos a Londres o la caída de Constantinopla para quien la vivió.
Hoy alguien de veinte años verá las imágenes como quien ve los libros de historia. Hasta con cierta extrañeza; lejanía de un mundo que no es el suyo.
El mundo es el mismo. Pero claro, el mundo era otro.
Como siempre lo es.
Desde los detalles que hacen al todo.
Escuchamos la radio. La mañana del 11 de septiembre de 2001. Dos aviones de pasajeros secuestrados impactaron contra los edificios del World Trade Center en el centro de Nueva York. Otro contra uno de los laterales del Pentágono. Uno fue bajado a fuerza en un campo de Pensilvania. Se cree que iba directo al edificio del Congreso de los Estados Unidos, dicen.
Tres mil personas murieron. El presidente George W. Bush declara la guerra contra "el terrorismo". ¿Qué es? ¿Quién lo encarna? ¿Dónde está? ¿Quiénes son? ¿Por qué lo hacen? Son preguntas que no corresponden. El 7 de octubre las tropas entraron en Afganistán y se quedarían 20 años. El 26 de octubre el presidente firmó la Ley Patriótica. Poderes ilimitados para la policía, la CIA y el FBI.
El año del miedo había sido declarado.
Los familiares de los que esa mañana fueron a trabajar a la oficina, y murieron al ver entrar un avión por los ventanales, se están enterando de la geopolítica internacional, de las intrigas de Washington, del petróleo, de los extremistas, del líder de una agrupación llamada Al-Qaeda, de unos países que ni sabían que existían en el mapa, y de no sé cuánta cosa más.
El mundo era otro; uno que esa persona de 20 años difícilmente pueda imaginar.
No existía Facebook, ni YouTube, ni Twitter, ni mucho menos Instagram y Tiktok. Windows anunciaba el XP y Apple anunciaba la creación del iPod. El teléfono celular más popular era el Nokia 3330. Y no, no tenía cámara, ni era inteligente, y mucho menos tenía aplicaciones. Whatsapp estaba lejos de existir y las personas viajaban en el metro leyendo periódicos, libros o revistas.
Michael Schumacher mandaba en la Fórmula Uno, los Spurs y los Lakers eran los grandes de la NBA y entre Shaquille O' neal y Tim Duncan se repartían los MVP.
En tenis todo era Pete Sampras y Andre Agassi. Aunque se hablaba de un suizo que parecía prometer, un tal Roger Federer. Las hermanas Williams comenzaban a ganarlo todo y sobre el ring los reyes eran Lennox Lewis y Evander Holyfield. Se hablaba de cómo Marco Antonio Barrera le había frenado los bailecitos al príncipe Naseem Hamed. Canelo Álvarez tenía 11 años y también tenía 11 años el Checo Perez.
Maradona decía “La pelota no se mancha” ante una Bombonera colmada y absolutamente nadie sabía quién era Lionel Messi ni Cristiano Ronaldo. Era el momento de Lucho Figo, Roberto Carlos y David Beckham y Japón con Corea del Sur alistaban lo que sería, el próximo año, el primer mundial de fútbol en Asia.
Cuando esos aviones golpearon el corazón de occidente Kylian Mbappé tenía dos años y pateaba torpemente un balón.
Aquel 2001, claro que se habló de Stanley Kubrick y también se debatía como el cálculo de comienzo de siglo había sido erróneo y cómo el Y2K que supimos superar podía caernos igual.
Cuando quien haya financiado los atentados, veía por televisión su obra consumada, los niños podían ver a Los Padrinos Mágicos por Nickelodeon y los grandes Six Feet Under por HBO.
Blockbuster era lo máximo y Netflix te rentaba dvds.
Harry Potter debutaba en cine con La Piedra Filosofal y la gente acudía a los estrenos de Shrek, Ocean Eleven, Vanilla Sky, la primera Tomb Rider o Una Mente Brillante. Muchos se fascinaban con Amélie y los lectores de Tolkien iban a ver si La Comunidad del Anillo le era fiel al autor.
Los aviones secuestrados causaban espanto y Sailor Moon debutaba en la televisión norteamericana al tiempo que Digimon lo hacía en la japonesa.
La "play dos" era un objeto de deseo y entre el Diablo II, el Max Paine, el FIFA 2002 y el Counter Strike se dividían las preferencias.
Todos a los Café Internet, a pasar horas en un chat. Todos a los Café Internet donde nunca había café. Había juegos, porno, salas y trabajos que imprimir para la escuela. Pero nunca café.
Michael Jackson bailaba sobre el escenario, Prince tocaba la guitarra. David Bowie aparecía en Zoolander. Teníamos a Joe Strummer por Andalucía y andábamos tristes. Se había muerto George Harrison... pero llorábamos porque en abril se nos había ido Joey Ramone.
Llegaban las noticias del atentado a las Torres Gemelas. Nosotros estábamos haciendo lo mismo que ahora, En Caso de que el Mundo se Desintegre.
Y el mundo era otro. El mismo, pero otro.
Vicente Fox era el presidente de México. Fidel Castro presidía Cuba y Vladimir Putin, si Vladimir Putin, presidía Rusia. Osama Bin Laden estaba vivo y el Papa era Juan Pablo Segundo. Si, el que quiere todo el mundo.
Berlusconi estaba en su apogeo igual que Gadafi en Libia. Toledo presidía Perú y Pastrana, Colombia. No había Evo Morales en Bolivia, pero si Hugo Chávez en Venezuela. Nadie podía imaginar a los Kirchner presidiendo Argentina que entraba en una crisis descomunal y en Brasil el presidente era Fernando Henrique Cardoso.
Para cuando esa madre sostiene a su bebé en brazos. Ese que ya tiene 20 años, hay que decirle que en el Superbowl del 2001 el entretiempo fue de Aerosmith, NSYNC y de Britney Spears. Si, Britney Spears. Billie Ellish nacería dos meses después y Justin Bieber tenía 7 años y absolutamente nadie excepto los coreanos sabían que era el K-Pop.
Cuando las torres del World Trade Center se desplomaron, Thalia era un éxito colosal y Molotov también. Pero ni hablar de Cristian Castro y su Azul sonando por todas partes. No había reggaeton dando ritmo de perreo por el mundo. Nadie conocía a Daddy Yankee y a Shakira ya la cantaba todo el mundo tratando de imitar sus bailes. Los Oasis se peleaban todo el tiempo pero seguían juntos, The Strokes sacaba su primer disco y los Arctic Monkeys ni existían.
Peña Nieto ni se sospechaba candidato en el mismo PRI, la Gaviota hacia telenovelas y Diego Luna y Gael García Bernal eran los jóvenes actores favoritos de México.
Cuando todos se llamaban por teléfono preguntando: "Estás viendo la televisión? ¡Pon ahora, mira lo que pasó en Nueva York"! Andrés Manuel López Obrador era el jefe de gobierno del Distrito Federal y ya hacía su Mañanera para quién quisiera escuchar. Porque hasta eso cambió, el DF era DF y AMLO era del Partido de la Revolución Democrática.
Entonces Barack Obama era casi un completo desconocido. Imaginar que Donald Trump podría llegar a ser presidente alguna vez era un chiste y nos reíamos con la duodécima temporada de Los Simpsons.
Una madre ve las imágenes que harán del mundo un mundo más inseguro, un mundo más peligroso, un mundo más vigilado, un mundo más paranoico, un mundo más nervioso. Su niño llora, se estremece en sus brazos.
Y ese niño ya tiene 20 años.
Damas y caballeros, bienvenidos al kaos total!!! al kaos total!!!!!
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