i es tan corta la vida, mejor deja que siga…es sábado, son cerca de las 5 de la mañana y mi hermano menor esta tirado en un baño inconsciente. Apenas esta por cumplir la mayoría de edad y en las baldosas su gabardina de lana se llenaba de sangre que fluida de sus muñecas. Una Ambulancia, gritos, confusión penumbras que no acaban de ser luz. El día nos devolvió a una claridad incierta, el color rojo seguía presente en nuestra mirada, esperamos a que la cirugía pudiera arreglar algo que había hecho la desesperación malaconsejada por la soledad; el doctor nos dijo que habían arreglado sus muñecas y unido un tendón, -por ahora esta reposando, más tarde, tomaremos unas radiografías de la muñeca para asegurarnos si no existe fractura.

Entre en la sala de recuperación, lo vi en la cama; estaba pálido, con suero en sus venas, y sentí que algo mojado salía de mis ojos, lloraba.

El estado en el que me encontraba en ese momento es el mismo en el que me encuentro todavía, en un lugar lejano donde se escuchan voces en off, en esta realidad tan deslucida y aparente, siento que la tierra bajo mis pies no es segura y me cuestiono todo lo que pretendí creer hasta ahora que estaba bien, los hechos me dicen que estaba en un error.

Nunca seria capaz de entender como tú,  que siempre estas riendo y haciendo bromas a la hora de la comida, anotando goles con tu pierna izquierda, mientras yo junto a la familia, bastante nervioso y festejo tus triunfos, o minimizando las derrotas; también sabiendo que siempre alguien, cualquiera de tantos amigos tienes pasa a casa para dirigirse a fiestas, comidas, cenas o bodas, recuerdo, como me tocó alguna vez contestar el teléfono y una voz de mujer te buscaba, después sonó era otra chica y luego otra mas, hasta que dejé de fijarme en timbre y tonos. La mayoría de las llamadas que se hacen en casa son para ti. Es por eso que no puedo entender ¿cómo pudiste atentar contra ti de esa manera?.

La vida, dicen los budistas, es una historia que se construye con actos, y la grandeza reside en que todos formamos parte de todos y somos uno al final; es por esos que las acciones que hacemos, buenas y malas, traen un aprendizaje; no se que dejé de aprender o hacer para no darme cuenta que necesitas ayuda; esto fue muy duro y no quiero volver a pasar por este lugar donde ahora me encuentro; ya no quiero ver en el rostro de mis padres y en el mió, la pregunta que nos ronda y de la que todos tememos formular en voz alta, ¿Por qué?.

Comienzo a buscar entre mis recuerdos alguna omisión, pero maldita sea, sólo tengo buenos recuerdos tuyos, eres el niño que todos queremos y que por ser el pequeño tiene los reflectores sobre él, no te exigimos demasiado, nos sentimos felices por contagio al estar a tu lado, siempre que hablo a casa de mis padres y contestas te digo como a todos los que componen nuestra familia, "Te quiero mucho, y sabes que es cierto".

Recuerdo cuando todavía no nacías, yo le decía que ibas a ser un bebe de mamá y que te ibas a llamar como a mi me hubiese gustado llamarme, fue tanta mi insistencia que mis padres dejaron de lado el nombre que te habían escogido y yo me salí con la mía, te llevaba con tu hermano mas grande a las salas de videojuego y apenas, de puntillas alcanzaban a ver la pantalla, pero feliz  jugabas, o  también, cuando nos íbamos a la alberca a nadar y me tocaba abrazarlos porque les daba miedo la parte mas profunda y tenia que regresar con ustedes al chapoteadero, recuerdo que tenias una tendencia al juegos de azar y te enseñe a jugar cartas, póker y baraja española, y todos nos escondíamos, cuando venias con las cartas, porque te gustaba jugar interminables partidas, una tras otras, hasta que nos agotabas y huíamos con cualquier pretexto.

Ya hace algunos años te heredamos los discos de vinilo con los que decoraste tu habitación, y un estereo. Siempre que llegó a casa, suena algún grupo de metal de los ochentas, de cuando en cuando me pides que te compre un disco de Heavy o de videojuegos; nunca te vi... triste o deprimido, hasta donde se no usas drogas, y fumas un cigarro ocasional cuando te vas de fiesta con tus amigos.

Cuando te trajeron me quedé a dormir en la misma habitación que tú. Despertaba aterrado cada cierto tiempo sólo para comprobar que seguías ahí que estabas bien, que descansabas.

Ahora que estas en casa y yo trabajando en otra ciudad, me pregunto ¿estás bien? ¿sigues adelante? Sólo quiero que sepas que te queremos y que nos partes el corazón, que queremos sanar a tu lado, tenemos muchas cosas, por las que seguir aquí; tú eres una de las mas importantes, no nos dejes fuera de tu luz y no robes la felicidad de tu risa.

Hermano, como siempre te lo digo y te diré, te quiero. Te quiero mucho.