Un
hombre puede cambiar de novia, de gustos musicales, de religión, de amigos, de
profesión. Puede abandonar a su familia, dejar de visitar a sus padres, no
pasarle la cuota alimentaría a sus hijos, o directamente no reconocerlos. Pero
lo que nunca haría ni el más desalmado de los hombres, es traicionar a los
colores que corren por sus venas, a los del club de sus amores. En el
siguiente escrito nos acercaremos a varias camisetas de Argentina para reconocer
como nacieron esos colores.
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