"El arte, cuando es bueno,
es
siempre entretenimiento"
Bertolt Brecht
Utilizando como punto de partida una de sus situaciones preferidas (la del hombre común que por un giro imprevisible del destino se ve involucrado en una situación excepcional), Sir Alfred Hitchcock realizó este film sobre espías en plena Guerra Fría - año 1959 -, escapando a todos los convencionalismos de los films de espionaje de la época (tendenciosos y naifs).
Lejos del mundanal ruido
Ante la paranoia desatada luego de la Segunda Guerra Mundial, muchos directores trataron de ser muy cuidadosos con la realización de sus films, cuando los mismos se referían a temas de política internacional o tenían una temática "social", ya que temían ser relacionados con el "fantasma" del comunismo y a consecuencia de esto, perder sus empleos y la posibilidad de conseguir otros.
Alfred Hitchcock no estaba interesado en introducir temas políticos a sus films ya que consideraba que a los espectadores no les interesaba la política en el cine. Esto quedó evidentemente demostrado en este film sobre espías irreverente, absurdo, cómico, sin héroes y sin villanos "muy" malos.
En ningún momento la historia explicita a qué intereses responde Vandamm (James Mason), ni a qué se dedica ("a exportaciones e importaciones"). Estos no son datos relevantes para el desarrollo de la historia para Sir Alfred, aquí lo importante son las relaciones que surgen entre los personajes (Mason, Marie-Saint, Grant).
Por otro lado, nunca se nos revela qué es lo que contienen los microfilms que buscaba "exportar" Vandamm, transformándose (según el propio Hitchcock) en el "Mc Guffin" más perfecto que haya creado, ya que no cumplía ninguna función dramática.
Algunos críticos sostuvieron que Hitchcock utilizaba el "Mc Guffin" porque no tenía nada que decir, pero Sir Alfred estaba concentrado en el perfeccionamiento de su arte, en alcanzar un cine sublime, puro, absoluto.
Cine absoluto
La
mítica escena donde Cary Grant es perseguido y atacado por una avioneta
fumigadora es uno de los momentos más recordados por los amantes del séptimo
arte. Pero, dicha escena ¿qué función cumple en el desarrollo de la
historia? Ninguna.
Esta escena que tiene siete minutos de duración y una mínima línea de diálogos demuestra la maestría del director. En primer lugar, a quién se le ocurriría asesinar a un hombre llevándolo engañado al medio del desierto para luego dispararle desde una avioneta (en un film de espías, el crimen debe hacerse de la manera más disimulada posible). Pero más allá de lo absurdo de esta escena, quién puede negar la emoción y el placer durante esos siete minutos.
Para Francois Truffaut, "el aspecto seductor de esta escena reside en su misma gratitud. Es una escena vacía de toda verosimilitud y de toda significación; el cine, practicado de esta manera, se convierte realmente en un arte abstracto, como la música. Y esta gratitud, que a menudo se le reprocha, constituye precisamente el interés y la fuerza de la escena".
Esta escena constituye una celebración del cine, en una época donde la mayoría de los films buscan lograr algun tipo de emoción a través de giros imprevisibles del guión, golpes bajos, efectismos... esta escena es una demostración que no es necesario inventar nuevos recursos para sorprender y emocionar al golpeado espectador.
El equipo de primera
Para la realización de este film, Hitchock contó con tres personas inolvidables y talentosas.
En primer lugar, Cary Grant demuestra su gran capacidad actoral como comediante. Su aspecto de lord inglés y los comentarios realizados en las situaciones aún mas comprometedoras (incluso en las románticas), agrega un ingrediente más a la forma paródica con que el director se introduce en los films de espionaje.
En la escena del remate de objetos antiguos, Grant demuestra la manera en que un gran actor puede sostener por si sólo una escena, combinando aspectos de comicidad y de tensión ante la posibilidad de ser asesinado. Sin lugar a dudas, Cary Grant vuelve a demostrar que es uno de los mejores actores (no sólo de comedia) de la historia del cine.
En segundo término, la música compuesta por Bernard Herrman (quien realizó varios films junto al director, incluso la inolvidable música de Psicosis), una vez más crea una composición musical magnífica que va acompañando el desarrollo de la historia y agregándole un ingrediente más a las magníficas escenas (en particular, la persecución en el Monte Rushmore).
Por último, cabe mencionar a Saul Bass en la realización de los títulos (uno de los primeros en transformar los títulos en un arte, y a quienes algunos atribuyen la idea de la mítica escena de la ducha en Psicosis).
Con la muerte en los talones
Mientras algunos sostienen que el cine ha muerto, nosotros creemos que mientras exista la posibilidad de seguir viendo ( y re-viendo) películas como Intriga internacional, estaremos gambeteando y eludiendo una vez más a la muerte del séptimo arte.
por Nicolás Quinteros
Intriga Internacional
Título original: North by Northwest
Año: 1959
Producción: Alfred Hitchcock, Metro Goldwyn Mayer
Director: Alfred Hitchcock
Guión original: Ernest Lehman
Música: Bernard Herrmann
Títulos dibujados: Saul Bass
Intérpretes: Cary Grant (Roger Thornhill), Eva Marie-Saint (Eve Kendall), James Mason (Phillip Vandamm), Marin Landau (Leonard), Jessie Royce Landis (Clara Thornhill)
Color: Technicolor
Duración: 136 minutos
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