El cine de ciencia ficción suele recurrir a la misma premisa: todo tiempo futuro será peor. Las historias apocalípticas sobre el porvenir de la humanidad trataban de advertir que si las cosas seguían así (guerras, carrera nuclear, contaminación), poco de lo conocido iba a poder continuar sobre la faz de la tierra.
Pero en este nuevo siglo, al no producirse los cataclismos vaticinados en las películas de ciencia ficción de los 50 y los 60 (¿o si?), las películas de ciencia ficción perdieron ese análisis sobre la realidad que realizaban al contar historias del futuro. Desde los innecesarios nuevos episodios de la saga Star Wars hasta Spielberg y su sueño represivo en Minority Report, las nuevas películas del cine sci-fi, se han convertido en productos que sólo parecen competir con el único objeto de desarrollar los más asombrosos efectos especiales (aunque me sigo quedando con las artesanías de Harryhausen).
Basada
en una historia de Isaac Asimov (lo que le confiere cierto
prestigio), la historia de Yo, robot se trata
simplemente de ubicar a una especie de Bruce Willis en
Duro de Matar en la ciudad de Chicago en el año 2035. Un
policía rebelde (interpretado por un correcto Will Smith),
quien tiene una especial aversión por los robots, deberá
investigar la muerte de un científico de U.S. Robotics,
empresa que está poblando el mundo (o los Estados Unidos,
que parecería ser lo mismo para el cine mainstream).
Enfrentando a las grandes corporaciones, el detective Del
Spooner podrá desactivar (en este caso no hay témino más
apropiado) una revolución por parte de los robots que
quieren dominar el mundo (otra vez, Estados Unidos).
Otro de las nuevas características de los nuevos films de ciencia ficción, es la extraña similitud que comparten con los video juegos. Las persecuciones, los tiroteos, se vuelven completamente rutinarios (como los niveles de un video juego), y los robots generados por computadora no se diferencian en nada a los que pueden aparecer en el último juego del Playstation.
En
la revista Film Threat, Rick Kisonak anticipa una nueva
estrategia de marketing: los estudios presentarán sus
películas diciendo que se trata de una historia “sugerida
por”, citando alguna obra maestra de la literatura.
Obviamente, como pasa con Yo, robot cuando uno
termina de ver el film, uno se pregunta en qué parte de la
historia se encuentra la influencia del maestro Asimov. Pero
para ese entonces, afirma Kisonak, ya es tarde ya que uno ya
pago la entrada. Esta nueva circunstancia, representará
plata fácil para los autores y sus herederos, y los estudio
ya no tendrán que preocuparse por hacer buenas películas.
Todos ganan, salvo que usted sea el que haya comprado la
entrada al cine, concluye Kisonak.
Más arriba, afirmaba que el cine de ciencia ficción habían dejado de presentar un futuro oscuro al mirar el presente, de acuerdo a lo que sostiene Rick Kisonak, parece que la tradición se mantiene.
por Nicolás Quinteros
YO ROBOT - la película
Título original: I, robot
Director: Alex Proyas
Intérpretes: Will Smith, Bridget Moynaham, Alan Tudyk, James Cromwell, Bruce Greenwood
Guión: Jeff Vintar y Akiva Goldsman, sugerido por el libro de Isaac Asimov
Producción: John Davis, Topher Dow, Wyck Godfrey y Laurence Mark
Duración: 113 minutos
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