El Banquete de la Realidad

Después de las Fiestas

Bienvenidos a las noticias del mundo debajo del árbol de navidad y rodeados de regalos que no nos pertenecen.

Clima de paz, amor, armonía, solo en las tarjetas de salutaciones, y una cruda, resaca, goma, saturación y angustia después de la maratón de consumo, fuegos artificiales y esperanzas desesperanzadas.

Tome el teléfono para saludar a algunos amigos antes que den las doce y los encontré en esa incomodidad de quien está preparando festejos aunque no sabe bien que hay para celebrar.

Llamo a Zapatero que ya venia con el horario avanzado y me dice: joder que inoportuno, luego te llamo, ahora me están obligando a encender otra tanda de fuegos artificiales y tengo miedo que explote todo como en Grecia.

Le digo "no hay problema" y entro en espera en la línea del vaticano, -el Papa Benedicto no lo pude atender en este momento porque esta con un grupo de sin techos celebrando la fiesta religiosa.  Pregunto si me pueden comunicar con algunos de los invitados al banquete y me dicen que no porque están aprovechando esta oportunidad única.  ¿De conocer al Papa? pregunto.  No, de que se acuerden de ellos porque es navidad.

En eso llamo a Argentina y Cristina me dice para que te doy con Aníbal Fernández porque acá diciembre siempre es un "kilombo", me presionan, piden aumentos, ahora hay tomas de tierra, y los desestabilizadores de siempre se ponen en pedo y marean a todo el mundo, si Néstor viviera todo esto se arregla con dos llamados, uno a los organizadores y otro al Calafate para avisar que vamos a llegar más tarde. 

Fernández, que venia con una cañita voladora en la mano me dice -está todo bien, está todo bien. 

-¿En serio Aníbal?

-Si, estos son grupos trotskistas y ya sabemos quienes están detrás de ellos.

- ¿Trotsky? Le pregunto, y me corta y me deriva la línea Chile donde Piñera estaba tratando de convencer a los 33 mineros a que vuelvan a la mina para ser rescatados justo en navidad y recuperar parte de la popularidad perdida.

En eso me entra una llamada de Berlusconi que andaba buscando apoyo en estas fiestas y me dice: pirata usted sabe lo importante que son estas fiestas para mi.  Me imagino le respondo - las fiestas navideñas en un país como Italia son… en eso me interrumpe y me dice: ah es navidad? Yo hablaba de una fiesta que organice así de volada con 15 velinas en el yate y unos amigos míos de la liga norte.

Marco el teléfono de  la Casablanca y una grabación decía: la siguiente conversación esta siendo grabado para mejorar la atención y para facilitarle el trabajo a Wikileaks.  En eso la llamada rebota a Colombia y Juan Manuel Santos me pregunta si quiero hablar con Uribe, con alguien de la DAS o con Hugo Chávez.  Le digo que no porque no tengo tanto tiempo y se empiezan a mezclar conversaciones de Chinchilla con Ortega, de Álvaro Colom con migraciones de México, de Raúl Castro que le dice a Santa Claus que si todo sigue así el año entrante lo dejaran ingresar a la isla y de Lula que se despedía con un mensaje navideño dejando regalos para Dilma y todo el pueblo brasileño.

Como parecía que las comunicaciones estaban complicadas pensé "menos mal que los gobernantes del mundo ya no escriben cartas a Santa", no soportaría la frustración de un Calderón niño llorando porque no le cumplieron su deseo de ganar la guerra narco o un Sarkozy llorando porque la gente no lo quiere por pedirle a Santa la reforma jubilatoria.

Y en estos tiempos ya hasta hay sitios donde las cosas han cambiando mucho y leer las cartas de algunos niños conmueve.  En Ciudad Juárez: “querido santa si lo que te pido es a cambio de mi vida y la de toda mi familia, olvídalo”, en Palestina “por favor Papa Noel, reconócenos como estado y ya no nos envíes misiles que ya tenemos”, en Irán “has pensado en la energía nuclear para mejorar el rendimiento del trineo”, en Colombia: “te esperamos por estas tierras, niño Dios, y debajo de ellas también”, en Sudáfrica “te acuerdas de mi? Si, aquí fue el mundial de fútbol”, en Haití: “sabes qué Santa Claus: vete al carajo!!!!!!”.

Como ven amigos las celebraciones internacionales, globales y generales hacen que salga lo mejor y lo peor de nosotros pero, más allá de cómo cada uno sienta estas fiestas, lo importante es la simbología de que en estos más de 2000 años poco a cambiado.  Están los que forman una familia entre la miseria de ser desplazados, están los pueblos que sin saber que en ello les va la supervivencia tienden una mano solidaria, y están los poderosos que celebran, todo aquellos que combatieron, mucho tiempo después, cuando ya no es una amenaza rebelde sino una linda metáfora de "renovemos las esperanzas". 

Por eso quienes mandan en este mundo hacen lo posible para mantenerlas vivas.  Y como el modo de mantener un sueño vivo es no cumplirlo: ellos nunca harán nada para que esas esperanzas se conviertan en realidad.

Tratando de recupéranos del banquete ebrio de la actualidad para no estallar como una bengala efímera en el cielo de las injusticias: les damos la bienvenida al kaos total!!!!!