La Terrible Amenaza...

De Querer Ser

Bienvenidos a las noticias internacionales que nos ponen de manifiesto la importancia de la fama, el poder y los derechos.

Las imágenes de un centenar de policías disparando contra un grupo de mineros en Sudáfrica y asesinándolos sin el menor escrúpulo vuelve a demostrar que la especie humana categoriza a sus miembros aunque luego aplique bonitos maquillajes de hipócrita igualdad.

Una treintena de africanos esclavizados en una mina de platino en Sudáfrica que peleaban por su gremialización se volvieron altamente peligrosos. Querían ser reconocidos como trabajadores, portaban palos y piedras y ponían en jaque la producción minera de la zona. La lluvia de balas que recibieron es increíble, y cualquiera dudaría de esto si no fuera porque ya no estamos en el siglo XVIII y el video es más que elocuente.

Ahora imaginemos que esos "negros" eran actores de Hollywood en protesta por los derechos de imagen, o eran políticos de cualquier sección electoral en protesta por X cuestión, o jugadores de fútbol inglés, o de la NBA, o tenistas del master series, o vecinos de Paris movilizados, o el escenario era la Puerta del Sol en Madrid, o hubiera pasado en la Plaza Roja de Moscú, o hubieran sido disidentes cubanos, o uno de todos esos negritos hubieran sido miembros de Greenpeace, o Human Rights, o el que sirve el café en la ONU, o hubieran sido mineros gremializados simplemente... seamos bestiales y digamos, hasta si hubieran sido perros, sí, un grupo de perros callejeros masacrados de ese modo, la repercusión internacional y el estupor en las redes sociales hubiera sido, al menos, de las dimensiones que el atropello, la barbarie y la locura hubieran lejanamente merecido.

"Ay, mundo fabuloso, recuerdo, Señor, la inmensa mancomunión internacional para rescatar a los 33 mineros en chile y ahora está masacre de una treintena de mineros, así como si nada". ¿Será otro ejemplo de que el universo tiende al equilibrio? No creo, es otro ejemplo de que no aprendemos de los horrores históricos y cuando creemos que están superados algo nos muestra que estamos condenados a repetirnos. El Apartheid ya no aplica... al menos no bajo ese nombre.

Estamos viviendo una época de miedo, de persecuciones, de autoritarismos encubiertos, de poderes corruptos y de limitaciones excesivas a nuestras ya amputadas libertades, y todas estas cosas que parecen pasarle a los otros no son más que amenazas directas que nos dicen: en otra puede ser tú. Tú el minero Sudáfrica, tú la mujer victima de violencia de género, tú el apaleado en la plaza, tú el sin futuro, tú el sirio en medio la batalla, tú el perseguido político, tú el maldecido por el poder, tú la exiliada por denunciar redes de prostitución de menores.

Entre las noticias del mundo vemos a tres países, Gran Bretaña, Suecia y Ecuador rodando la telenovela "El Informante" con Julian Assange. Fabulosa historia que muestra que develar los secretos del poder tiene su precio: te pueden dibujar cualquier causa para enjaularte. Y agradece ser sueco, tener amigos influyentes y ser famoso, porque si hubieras nacido minero en África la novela no duraba ni un capítulo.

Y mientras fracasaba el avión hipersónico, México seguía encontrando cadáveres, Siria ahondaba el desastre, España recortaba salud a los indocumentados, las Pussy Riot eran juzgadas en Moscú y largas filas de jóvenes inmigrantes ilusionados presentaban papeles en Estados Unidos... la Curiosity seguía enviándonos fotografías de Marte.

Y entre las lluvias de noticias políticas, climáticas, deportivas, tecnológicas y del espectáculo, vamos tratando de autoevacuarnos a un sitio donde el barbarie no nos alcance. Allí arriba en la montaña del poder, el dinero y la fama, donde el agua podrida no sube, donde todo es antisísmico, donde no hay que preocuparse por la seguridad, la discriminación, por la comida, por el futuro... donde los jóvenes franceses hijos de inmigrantes de Amiens no pueden llegar, donde los que protestan solo aparecen por televisión si el poder no les niega las cámaras, donde los sin trabajo, sin educación, sin empleo, sin justicia, sin paz, siempre son otros; donde los mineros no llegan con sus amenazantes reclamos de... querer vivir.

Damas y caballeros: bienvenidos al kaos total!!!!