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Bienvenidos a las noticias del mundo siempre cambiantes y siempre en el mismo lugar.
Me encontraba viendo el último encierro de San Fermín cuando un español pasa corriendo al grito de -nos coge, nos coge-. Le pregunto si le tenia miedo a los toros y me dice: -no, nos coje nuestra propia miseria, soy Mariano Rajoy y me encontraron un sms con el ex tesorero de partido que está preso y ahora el PSOE pide mi renuncia.
Mientras veo a Rajoy apretar el paso y sufrir por las cercanías de las cornamentas, un grupo corría desesperadamente y logro distinguir al presidente Evo Morales y todo un contingente de mandatarios de la UNASUR. -Foto, foto, presidente. -No, qué foto, estos toros no respetan envestiduras, que pidan perdón.
A todo esto se me acerca el ex espía de la CIA y me comenta: -me voy a quedar un rato más en Rusia porque los toritos de Washington me quieren aplastar. La verdad que lo admiro, le comento, joven valiente, delató toda la trama de los servicios de inteligencia del imperio, denunció a favor de la libertad, en defensa de la intimidad de los ciudadanos, se plantó frente a la persecución paranoide de los Estados poderosos, enfrentó sin temor al gran pulpo... Sí- me interrumpió arqueando la ceja, -ahora Putín me dijo que si cerraba un poco la boca podía quedarme en Moscú.
-¿Y que vas a hacer?
-Cerrar un poco la boca.
Y mientras Maduro, Correa, Morales, Ortega y varios activistas lo jalaban del brazo para pagarle el trago, Snowden corría delante de un toro bravo que parecía fuera de sí.
Yo me distraje unos segundos escuchando el cometario de unos extremistas que proponían volar los toros por los aires y en eso un grupo de políticos brasileños gritan: -no, toros voladores no! Que nos van a atrapar en los vuelos privados usando aviones del estado. -Tarde, señores, muy tarde.
Por una calle llegaban los estudiantes chilenos y la central obrera, por otra los detractores de Morsi, por otra los defensores musulmanes del presidente derrocado, por otra callejuela pintoresca avanzaba una protesta de Turquía, justo con el cruce de los protestantes radicales de Belfast y la marcha de la Orden de Orange, todos en la misma plaza.
Y mientras más gente se acumulaba en el embudo, más personajes corrían desesperadamente hacia diferentes puntos para guarecerse de las cornadas letales.
Cristina de Kirchner confesaba que "no es eterna" como para calmar a la muchedumbre que la señalaba mientras los toros avanzaban. El ex secretario de transporte argentino Ricardo Jaime se profugaba de los toros y de la justicia y la campaña electoral de las legislativas ponía a todos a correr más rápido de los que le dan las piernas.
Y corrían los gitanos franceses por nuevas ordenes de excusión, y corrían libres y sonrientes los altos mandos militares mexicanos que el PAN acusó de lazos con el narco y el PRI los nombra patriotas heroicos, y corrían palestinos, irakies, afganos y pakistaníes por no saber donde explotará la nueva bomba, y corrían griegos, españoles y portugueses engañados por un falso anuncio de búsqueda de empleo, y corrían a Janet Napolitano de la secretaría de seguridad de Estados Unidos.
Cuando vi a la ex gobernadora de Arizona le pregunte: -Janet veo que el caso Snowden te costó el puesto. -No-, me dijo, con la natural simpatía que la caracteriza -solo me voy porque me ofrecieron dirigir la universidad de California.
-Ah un puesto más tranquilo.
-Si, imagínate, una cosa es espiar a todo el mundo y muy otra a varios miles de estudiantes. Es más divertido, sobre todo durante el springbreak.
En ese momento y mientras veía las noticias que mostraban accidentes de trenes, inundaciones, atentados, choques, marchas, represiones, explosiones y diversiones, veo pasar a más y más políticos y personajes influyentes corriendo para que no los coja el toro.
En eso un viejito se me acerca con una bota de vino Rioja en la mano y me comenta: -vio que notable, los toros son como el pueblo, aguantan y aguantan hasta que un día salen iracundos y furiosos a correr a quienes los han jodido.
Yo lo miro...y le comento: -que hermosa metáfora del poder popular.
-Hermosa no sé, pero muy ajustada, ellos corren y corren, algunos pocos caen, otros son minimamente heridos, otro porcentaje ínfimo muere en el intento de salvarse, pero la mayoría terminan llevando a todos los toros en su carrera hacia la plaza. Y ya sabe cómo termina esto ¿no?
-Joder! Pensé que había esperanzas.
-Eso no sé, me dice, pero ¿quién te quita el gusto de verles las caras de susto cuando se les acercan los cuernos al culo?
Me quedé pensando en la metáfora taurina y le dije, -salud!
Entre corridas y correteos, entre toros y toreros, entre calles angostas y grandes avenidas, entre plazas colmadas y plazas cerradas, les damos la bienvenida al kaos total!!!
artículo del 15 de Julio de 2013
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