Dos Mujeres

Ellas y Millones Más

El Pirata | 15 de Diciembre de 2014 | ECDQEMSD

Bienvenidos a las noticias internacionales y a las personas que las protagonizan.

Me gustaría contarles parte de la historia de dos mujeres que está semana atrajeron la atención pública y me parecen dos ejemplos extremos de lucha, ejemplos de que el mundo va cambiando gracias a personas como ellas y de como si hoy estas en el peor de los infiernos mañana puede que otro lugar te este esperando.

Claro que ellas reunieron características especiales, no se dejaron caer, tuvieron una pizca de surte jugando de su lado, tuvieron personas cerca dispuestas a abrazarlas y tuvieron la inconciente valentía de escupirle la cara al miedo.

Ella es una brasileña de unos 20 años. Hace tiempo militaba en la izquierda y eso era peligroso, por eso la policía se la llevó. Se la llevó por orden del gobierno. Se siente afortunada de poder contarlo, aunque siempre se negó a hablar de eso porque sostiene que el rencor no ayuda a vivir el presente. Después se iba a enterar que todo era parte de un gran plan que se había orquestado en toda la región y que miles no contarían con su suerte. Porque a ella la dejaron salir, después de golpearla hasta cansarse y torturarle el cuerpo y el espíritu, la dejaron salir.

Ella desde entonces tuvo problemas para dormir. A ella le aflojaron el maxilar a golpes y le soltaron la muelas de tal modo que durante mucho tiempo debió tomar unas gotas anestesiante para no sentir que la boca se le desbarataba al intentar hablar.

Ella fue una de las testigos citadas para el informe de 1300 páginas de la Comisión de la Verdad en Brasil. Ese informe sobre los crímenes cometidos durante la dictadura brasileña entre el 64 y el 85 que fue presentado públicamente la semana pasada. Ella misma lo presentó con los ojos llenos de agua, con los recuerdos tan frescos que todavía duelen.

Ella ya no tiene 20 años, su nombre sigue siendo el mismo de cuando la ingresaron sin registro oficial clandestinamente en aquella celda de San Pablo, Dilma Rousseff. Hace poco tiempo fue reelecta para ser la presidente de ese estado que alguna vez estuvo usurpado por cretinos que le pisaron la cabeza con una bota.

La otra mujer, que fue noticia está semana que pasó, fue una jovencita de pakistaní a la que le disiparon en la cabeza mientras iba a estudiar. Es que hay enfermos en el planeta, no se me ocurre otro calificativo para estas personas, que suponen que una niña que desea estudiar merece una bala en la cabeza.

Ella recibió la adolescencia de una manera bastante poco común, o más común en algunos sitios de los que uno desearía, agonizando en un hospital con la cabeza rota.

Bueno, al final a los que jalaron el gatillo la cosa no les salió como pretendían, porque no solo hicieron que nosotros, el mundo, conozcamos a esta niña sino que nos enteráramos de las más de 60 millones de niñas en el mundo a las que se le niega educación solo por haber nacido hembras de la especia humana.

Afortunadamente su cuerpo resistió y pudo pararse, pudo hablar, después de una torturante rehabilitación supo que ya no había margen para retroceder. Recibir un disparo de fusil en el autobús escolar te mata o te lanza hacia adelante con la furia dulce de una mujer que necesita cambiar el mundo; por ella y por las millones de las que nunca sabremos sus nombres.

Ella recién apenas había superado una década de existencia cuando se estaba desangrando en el piso. Cumplidos apenas 17 años estaba en Oslo, la capital de Noruega, recibiendo el Premio Nobel de la Paz 2014.

Las historias de estas dos mujeres son historias de niñas que en su inocencia se encontraron con diferentes monstruos. Monstruos que en las diferentes sociedad hemos albergado. En ellas la historia de millones de hombres y mujeres en el mundo. En ellas dos claras historias de que la resistencia existe y que su lucha no fue en vano.

Ahí tenemos con extrema crudeza como las cosas pueden cambiar a lo largo de nuestra existencia si la causa que peleamos no es mezquina, si algunos cuantos están dispuestos a protegernos en esa lucha y si contamos con una pizca de suerte para que las miseria humana no nos de el tiro de gracia. De una celda de San Pablo a la Presidencia, de la tierra teñida de sangre al Premio Nobel.

Claro que más noticias han ocurrido en el mundo esta semana que quedó atrás, un joven estudiante mexicano irrumpió en la entrega de los Nobel de la Paz para pedir justicia por los normalistas de Ayotzinapa; la cumbre climática en Lima reunió a los presidentes de la región y puso a Greenpeace a patinar en Nazca; hubo campeones y resultados deportivos; hubo escándalos y más declaraciones por los casos de corrupción; se dieron a conocer los informes sobre torturas a prisioneros por parte de la CIA; Obama empezaba lentamente a meterle llave a Guantánamo; el vice de Argentina iba ajuicio por falsificación de documentos públicos; marchas contra el racismo en Estados Unidos llegaban a Washington, el secretario de hacienda mexicano Videgaray dice que su inversión inmobiliaria es totalmente transparente; Ayotzinapa no se olvida, continúan las marchas, representante de Sudáfrica gana Miss Mundo (sí, ese concurso donde debió participar Miss Honduras a no ser porque un mal nacido se cruzó en su vida) y más de siete millones de personas llegaban hasta la basílica de Guadalupe para celebrarla en su día, 12 de diciembre.

Y así, entre rezos y plegarías, entre pedidos y agradecimientos, entre gente que da vida y gente que asesina, entre balas y premios, entre golpes y abrazos, entre las largas filas que pacientemente esperan un amanecer un poco mejor que la amenaza constante de las pesadas nubes que oscurecen el horizonte, nosotros les damos la bienvenida al kaos total!!!!!!