Bolivia nos presenta un viaje a
la historia del continente americano. Las alturas, el
llano, los caminos y las ciudades bolivianas encierran un
encanto único para el visitante.
El altiplano, las maravillas de la
cultura colla aimará, tiahuanacota, quechua y los diferentes ritos que conviven en
Bolivia le dan un colorido único a esta zona del planeta.
El carnaval de Oruro, las fiestas patronales como la que se
celebra en Potosí (fiesta de Ch’utillos, en honor a San
Bartolomél los 24 de agosto), las
ceremonias donde los homenajes a la pachamama (madre tierra)
son una experiencia única colmada de sensaciones tan
fundamentales como en parte herméticas para el visitante,
los edificios coloniales y las edificaciones precolombinas
presentan un abanico inagotable de sensaciones. Los
hoteles que puedan servir de punto de partida no hacen
más que abrir las puertas a una experiencia mucho más
extrema e inolvidable. El silencio de los cerros y los
sonidos de la selva, el encanto de un viaje donde la
naturaleza conserva sus victorias. Una visita al poco
conocido Parque Nacional Sajama, un paseo por El Pantanal,
son apenas una muestra de las cosas con las que la
naturaleza boliviana nos puede sorprender gratamente durante
nuestro viaje.
También Bolivia nos muestra la belleza
de su oriente con lugares como la Chiquitania, una zona al
este de Santa Cruz de la Sierra llena de belleza donde en la
época de la colonia los misioneros jesuitas construyeron
iglesias bellísimas, y hoy se celebran misas con coros
acompañados de instrumentos autóctonos. De más estaría
nombrar también la enigmática hermosura de las selvas que se
extienden por todo el oriente boliviano.
Ciudades, paisajes y aventuras,
esperan al turista en Bolivia. Imperdible para
los gustoso de ir al encuentro de culturas e historias
mágicas.
Resumiendo, si viajas a
Bolivia por
turismo, agenda estos destinos:
La Paz, Sucre, Cochabamba, Chuquisaca, Oruro
Parque Nacional Sajama,
El Pantanal, Potosí
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