Un viaje a El Salvador es un
viaje al corazón mismo de Centroamérica. En
distancias cortas podemos gozar de turismo aventura,
cultural, turismo rural, turismo clásico y
disfrutar al máximo de la naturaleza.
Con imperdibles paisajes, playas
excelentes, una ruta arqueológica sin igual y una
gastronomía que invita al encuentro con los sabores de una
cultura con sello propio, El Salvador es una experiencia
única. Más de 300 km de playas con aguas calidas y
arena virgen. A unos pocos kilómetros de la capital
podemos encontrarnos con lugares como Nahuaizalco, un pueblo
en el que funciona un mercado artesanal nocturno iluminado
por velas y la oportunidad de acercarse a las culturas
nativas así como a la arquitectura de tres iglesias
católicas que datan del siglo XIX.
Juayua es otro punto dentro de la
llamada ruta de las flores, un sitio maravilloso que vale la
pena visitar y donde el turista encontrara lo que espera.
Punto por punto El salvador va
ofreciendo cultura, paisajes maravillosos, cascadas, ríos,
mar, sabores, frondosa vegetación, playas y sitios
arqueológicos inimaginables. Apaneca, Arambala, Cacaopera,
Corinto, Miramundo, San Andrés, son apenas algunos de los
sitios que nos invitan a la aventura, el ecoturismo,
a la experiencia del contacto con la naturaleza y la
valoración de las culturas prehispánicas. Hoteles,
hostales, residencia y diferentes opciones de
hospedaje nos aguardan en El Salvador para abrir los
brazos al turista que desea mucho en distancias
cortas.
Resumiendo, si viajas a
El Salvador por
turismo, agenda estos destinos:
San Salvador, Tacuba, Apaneca,
Arambala,
Chalatenango, San Andrés
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