 |
 |
 |
CHICAGO
Rob Marshall
películas -
cine
musical
|
Hace
pocos años, el musical en el cine estaba completamente olvidado.
El mundo de fantasía que representaban, resultaba naive y
anticuado para los tiempos actuales. Pero en los últimos tiempos,
gracias a la aparición de varios films musicales, el género
volvió a la vida en producciones tan heterogéneas como Todos
Dicen te Quiero (Everyone Says I Love You – Woody Allen,
1996), Velvet Goldmine (Idem – Todd Haynes, 1998),
Hedwig & The Angry Inch (Idem – John Cameron Mitchell,
2000), Bailarina en la Oscuridad (Dancer in the Dark, Lars
Von Trier, 2000) y Moulin Rouge (Idem – Baz Luhrmann, 2001). Sin
lugar a dudas, la película de Luhrmann, es la principal
responsable de que el cine mainstream posara los ojos en este fenómeno.
Había que explotar el cine musical mientras dure el furor.
|
En
pleno renacimiento del musical, qué mejor idea que llevar a la pantalla a
uno de los musicales de Broadway más famosos (y uno de los más
exitosos), y que además evoque la figura del mítico Bob Fosse. Pero más
allá de nuestros peores presentimientos, Chicago - dirigida por el
debutante Rob Marshall (un veterano de Broadway) -, es un film interesante
(y altamente placentero y entretenido), que combina - y tal vez aquí
radique uno de sus mayores méritos - elementos del más clásico cine
musical, con las innovaciones de los musicales que dieron nueva vida al
género. Los números musicales surgidos de la imaginación de la
protagonista como en la película de Von Trier; así como el exceso, la
mezcla de estilos, la fragmentación y la puesta en escena de Moulin
Rouge.
Si bien el debut en la dirección de
Marshall, es correcto y prolijo, lo que transforma a Chicago en una
experiencia cinematográfica es la interpretación magnánima de sus
actores. En primer término, hay que resaltar el trabajo de Richard Gere
como el abogado Billy Flynn ("si Jesus hubiera vivido en Chicago, y
si hubiera tenido 5000 dólares, y hubiera venido a mí, las cosas
hubieran sido diferentes"), a quien injustificadamente la crítica ha
defenestrado en exceso. El ya maduro galán parece haber encontrado el
tono exacto, sabe que se trata de un musical, por lo que aleja a su
personaje de cualquier cuota de realismo, transformándolo en una
caricatura, en una parodia (además se le nota - y lo ha manifestado en
diversas entrevistas - que se ha divertido enormemente durante la
realización del film).
Catherina Zeta-Jones, como Velma se roba
toda la atención. Esta bomba que estalla apenas comenzado el film y que
lo lleva a uno de las narices durante dos horas, tiene una presencia
escénica impactante (opacando completamente a la insulsa Renee Zellweger),
además de sorprender con una voz maravillosa.
En los roles secundarios, John C. Reilly
e stá
impecable (como siempre), como el sufrido y sumiso marido de Roxie (Renee
Zellweger), cantando una versión de Mr. Cellophane que conmueve
profundamente, con su minimalismo gestual. Y la sorprendente Queen Latifah
como matrona de la cárcel paseando su enorme físico por la pantalla,
quien le hace favores a las chicas a cambio de dinero, e insinuando un
deseo oculto hacia las mismas.
Si bien la dirección de arte le debe
bastante a Moulin Rouge, la originalidad de algunas escenas como la
presentación del juicio o la conferencia de prensa con Gere como
ventrilocuo, y la reconstrucción de una idílica Chicago, le dan a la
película un estilo original y sorprendente. Este prolijo y furioso film,
donde la historia es una simple excusa para el despliegue de escenas
musicales, viene a confirmar el renacimiento del género musical.
por Nicolás Quinteros
Título
original: Chicago
Director:
Rob Marshall
Intérpretes:
Catherina Zeta-Jones (Velma Kelly), Renee Zellweger (Roxie Hart),
Richard Gere (Billy Flynn), John C. Reilly (Amos Hart), Queen Latifah (Matron
“Mama” Morton), Christine Baranski (Mary Sunshine), Taye Diggs (Bandleader),
Lucy Liu (Kitty Baxter)
Guión:
Bill Condon, basado en el
musical de Fred Ebb, John Kander y Bob Fosse
Duración:
113 minutos
Estreno
en Argentina: 06 de marzo de 2003
|
|