Aunque ciertas películas que no están
basados en algún cómic en particular han sabido reflejar la estética y
la forma narrativa del comic, como es el caso de Darkman de Sam Raimi o Educando
a Arizona de los Hnos. Coen, las adaptaciones de populares cómics no
han podido trasladar el “espíritu” de la historieta al cine. Desde Superman
a Dick Tracy, desde Daredevil
a Spawn han seguido este
proceso de despojar al comic de toda su fuerza original aprovechando
solamente la presencia de sus protagonistas (el Batman
de Tim Burton, por lo menos ha logrado mantener el clima dark del original).
Una nueva adaptación de un comic de la
Marvel, sumado a lo que en un principio parecía una elección inadecuada
para dirigir la misma - el realizador Ang Lee anteriormente había
realizado films como El Banquete de
Bodas (Hsi Yen, 1993), Sensatez
y Sentimientos (Sense and Sensibility, 1995) o El
Tigre y el Dragón (Wo Hu Cang Long, 2002) -, despertaba nuestras
peores sospechas. Pero el realizador taiwanés ha sabido aprovechar al máximo
la forma narrativa de la obra original de Stan Lee y Jack Kirby como nunca
antes se había hecho (salvo algunas breves escenas del Spiderman de Sam Raimi), fragmentando la pantalla, intercalando
escenas, realizando inserts, alterando completamente ese ideal de
transparencia (herencia del cine clásico) que sigue reinando en gran
parte del cine mainstream.
En
Hulk, Ang Lee utiliza no sólo la forma del cómic, sino que toma la
historia original creando un personaje realmente complejo con una traumática
relación con su padre e imposibilitado de llevar adelante una relación
estable de pareja con su compañera de trabajo, Betty Ross (la bella
Jennifer Connelly). Llegando al paroxismo cuando Bruce Banner (Eric Bana)
le dice a su padre (Nick Nolte): “Tendría que haberte matado a
tiempo”, dando una clara muestra de amor fraterno. Betty Ross también
tiene una díficil relación con su propio padre el General Ross (el gran
actor Sam Elliott) quien será el encargado de destruir a Hulk,
lo que transforma al film en una nueva y rebuscada versión de la clásica
tragedia edípica. “No sé hacer películas de superhéroes”, sostuvo
el realizador al hacerse cargo del proyecto, “pero sí se hacer una
tragedia griega”.
Por
otro lado, también se destaca su mensaje políticamente incorrecto, desde
la rivalidad con su padre mencionada más arriba, hasta la crítica al ejército
y a las corporaciones que lucran con el negocio de la guerra (algo similar
a lo que ocurre actualmente en los Estados Unidos), y por sobre todo, la
sensación de placer que le genera al protagonista el desatar su impulsos
interiores al transformarse en Hulk
(revisitando otro clásico de la literatura: el Dr.
Jeckyll y Mr. Hyde, de ….), y destrozando cuanto encuentra a su
paso. “Lo que más me asusta” le dice Banner a su chica, “es que
cuando ocurre, cuando se apodera de mí, cuando pierdo totalmente el
control… me gusta”.
El
Hulk de Ang Lee ha abierto una nueva etapa en la adaptación de
comics, más fiel original, circunstancia que generó una película
distinta, extraña, inclasificable (la crítica norteamericana ha atacado
duramente al film), pero por sobre todo entretenida e inteligente dos
conceptos que por lo general recorren senderos distintos. Todo el film
genera una sensación de incomodidad, de estar presenciando algo extraño,
incómodo. El Hulk animado no
trata de ser naturalista, se nota su diseño computarizado, lo que resalta
la sensación de fábula y de irrealidad. Ang Lee nos lleva por el film,
como ese cómic que compramos y que no soltamos hasta que llegamos a la última
viñeta.
por Nicolás Quinteros
Título: Hulk
Título
original: Idem
Director:
Ang Lee
Intérpretes:
Eric Bana, Jennifer Connelly, Sam Elliott, Josh Lucas, Nick Nolte, Paul
Kersey, Cara Buono
Guión:
John Turman, Michael France y James Schamus. Basado en la historia de
James Schamus. Basado en el comic de la Marvel creado por Stan Lee y Jack
Kirby
Producción:
Avi Arad, Larry J. Franco, Gale Anne Hurd y James Schamus
Duración:
138 minutos
Música:
Danny Elfman
Estreno
en Argentina: 26 de junio de 2003
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