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Borrachera Histórica
Hay borracheras históricas y por demás significativas, sino
lo creen, vaya esta muestra que deja ver como el vino nos
acompaña desde tiempos inmemorables. El patriarca Noé, cuya
obra es por todos conocida, cargó en el arca algunas plantas
de su predilección entre las que figuraba la vid,
convirtiéndose así en el primer vitivinicultor
ampelógrafo del mundo.
Luego del diluvio y una vez encallada su nave en el monte
Ararat, unos de los primeros trabajos que realizó fue la
implantación de la vid. Después de levantar su primera
cosecha, exprimió el producto y lo puso a fermentar
obteniendo el primer beaujolais nouveau. Brindó una, dos,
tres, varias veces, hasta caer en el sueño de una borrachera
espectacular.
Al despertar, se enteró que su hijo Cam lo había encontrado
desnudo y que había ido a contárselo a sus hermanos entre
risas y burlas. Sem y Jafet, sus otros hijos, habían ido a
socorrerlo cubriéndolo con una manta, por lo que Noé bendijo
a sus dos protectores y maldijo al risueño Cam.
Superado el mal trago se conoce que Noé, convertido en un
consumidor moderado, siguió rindiendo culto al sabroso
líquido. Hay quienes sostienen que Noé es el mejor ejemplo
de las bondades del vino, ya que vivió novecientos
cincuenta años ¿Habrá sido el noble producto de la vid
el que posibilitó tamaña longevidad?
por
Federico Goldeleve
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